CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE
El día 1 de Diciembre se celebra el DÍA MUNDIAL DEL SIDA con el lema "SIGAMOS EL CAMINO DE LOS DERECHOS".
Esta jornada se conmemoró por primera vez el 1 de diciembre de 1988, hace 30 años.
Fue elegido el 1 de diciembre debido a que fue diagnosticado el primer caso de SIDA en este día precisamente.
La propuesta tuvo el apoyo de la Asamblea Mundial de la Salud y de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y pretende sensibilizar sobre la importancia de la infección por VIH, de sus consecuencias y de la necesidad de incrementar las medidas para frenarla.
El lazo rojo es un símbolo mundial para la solidaridad con las personas positivas y con aquellos que conviven con el SIDA y apoyo mutuo. De este modo se pretende aumentar la conciencia pública en la prevención y tratamiento del SIDA.
Según ONUSIDA (Programa conjunto de las Naciones Unidas contra el Sida) unas 76,1 millones de personas han resultado infectadas con el VIH en el mundo, y alrededor de 35 millones de personas han muerto por esta causa desde el comienzo de la epidemia.
Según los datos más recientes del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, al cierre del 2023, hay una ralentización en el ritmo al cual se van reduciendo las nuevas infecciones por el VIH, se va aumentando el acceso al tratamiento y se va terminando con las muertes relacionadas con el sida.
Los últimos datos (al cierre de 2023) con relación al VIH: 1,3 millones de personas contrajeron el VIH, 39,9 millones de personas estaban viviendo con el VIH, 630 mil personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida.
De acuerdo con el análisis elaborado por las Naciones Unidas antes de la conmemoración del Día Mundial del Sida, son las desigualdades las que están impidiendo poner fin al sida.
ONUSIDA colabora estrechamente con la Iglesia Católica y la Santa Sede en los objetivos en común, como la eliminación de las nuevas infecciones por el VIH entre los niños y el incremento del acceso a las pruebas y el tratamiento pediátricos. E insta a abordar las desigualdades que están frenando el progreso para poner fin al sida.
A veces se presenta a la Iglesia Católica como enemiga de los enfermos del Sida, y eso no es cierto. Se calcula que la Iglesia Católica atiende a uno de cuatro enfermos de Sida en todo el mundo. La Iglesia Católica es la institución que más hace por las víctimas, atendiendo a uno de cada cuatro enfermos en todo el mundo.
El año 2013, en la Jornada Mundial de la lucha contra el SIDA, el Papa Francisco, después de la oración del Ángelus, dirigió este mensaje: "Expreso mi cercanía a las personas que están afectadas, especialmente a los niños", y precisó que se trata de "una cercanía que es muy concreta a través del empeño silencioso de tantos misioneros y operadores". Y pidió que "recemos por todos, también por los médicos y los investigadores". Y concluyó solicitando que "cada enfermo, ninguno excluido, pueda acceder a las curaciones que necesita".
En el año 2021, el Papa agradeció a los numerosos sacerdotes, monjas y laicos que ayudaron a los enfermos del Sida y VIH, incluso a costa de sus vidas, en los años 80 y 90, cuando la epidemia de este virus era aún desconocido y tenía una tasa de mortalidad de casi el 100%.
El Papa Francisco señalaba el agradecimiento: “Gracias por iluminar la vida y el testimonio de los numerosos sacerdotes, religiosos y laicos que han elegido acompañar, apoyar y ayudar a sus hermanos y hermanas que sufren el VIH y el Sida con gran riesgo para su profesión y reputación”.
Continuaba el Papa que “en lugar de la indiferencia, la alienación e incluso la condena, estas personas se han dejado conmover por la misericordia del Padre y han permitido que ésta se convierta en la obra de su propia vida; una misericordia discreta, silenciosa y oculta, pero capaz de sostener y devolver la vida y la historia a cada uno de nosotros”.
En los últimos años, con el impulso del Papa Francisco, esta ayuda caritativa y de amor al prójimo ha ido en aumento, lo que convierte a la Iglesia en una de las instituciones más importantes a nivel mundial en este tema.
Según ONUSIDA debemos comprometernos a:
-Aumentar la disponibilidad, la calidad y la idoneidad de los servicios para el tratamiento, las pruebas y la prevención del VIH, para que todas las personas reciban la atención que precisan.
-Reformar las leyes, políticas y prácticas para abordar el estigma y la exclusión a los que se enfrentan las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y las poblaciones marginadas, de modo que todo el mundo sea respetado y bienvenido.
-Garantizar el intercambio de tecnología para permitir un acceso igualitario a la mejor ciencia para el VIH, tanto entre las comunidades como entre el sur y el norte del mundo.
-Las comunidades podrán utilizar y adaptar el mensaje «Igualdad Ya» para resaltar las desigualdades particulares a las que se enfrentan y promover las acciones necesarias para abordarlas.
Pidamos en este día la erradicación eficaz de la enfermedad del Sida, reclamando un acceso de los enfermos a los tratamientos que necesitan accesibles, especialmente en África, y, sobre todo, como señalaba el Papa San Juan Pablo II, con motivo de la Jornada Mundial del enfermo 2005, “que para combatir el SIDA de modo responsable es preciso aumentar su prevención mediante la educación en el respeto del valor sagrado de la vida y la formación en la práctica correcta de la sexualidad.