LA COMPASIÓN COMO CAMINO DE HUMANIZACIÓN.
Dios nos libre de aquellas personas que no se compadecen de nadie y que no les importa el sufrimiento ajeno. Se repiten continuamente: “Yo tengo mis propios problemas. Allá cada uno con su vela”. Los que no se compadecen de nadie en el fondo no aman a nadie y sólo buscan en el mundo alguna emoción que les haga olvidar su desnudez y su avaricia egoísta que les empobrece enormemente.